sábado, mayo 10, 2008

Cómo llegué al Tasawaf...


Creo que la mayor parte de los seres humanos tenemos una ligera idea de hacia dónde vamos pero nunca una certeza. Por más que nuestras actividades profesionales, intelectuales, espirituales nos vayan llevando o al menos señalando un camino, siempre nos encontramos con dudas y descubrimientos que nos hacen oscilar, cambiar rumbos, tamabalear... En mi caso, la llegada al Islam y al Sufismo no fue y no ha sido fácil, en tanto el intelecto y los prejucios siempre quisieron llevarme al lado opuesto a cualquier religión.



Sin embargo, sin yo saberlo, en mi día a día venían dándose desde hacía muchos años sensaciones, prefiguraciones, pensamientos que sin duda iban a hacerme encontrar venturosa y oportunamente con "la vía interior" del Islam. Llegó un momento en mi vida en que podía experimentar casi físcamente el dolor de un árbol al ser derribado o un animal al ser golpeado; en que veía a una mujer o un niño en condición de abandono y carencia, y tenía la certeza de que yo podía ser él o ella; el que no estuviera en su cuerpo era sólo una casualidad. Empecé a experimentar y pensar entonces, sin saberlo, en esta noción de "unidad", de que finalmente todos somos parte de lo mismo. Fue entonces que empecé a buscar opciones espirituales; empecé a leer sobre el Budismo y el Cristianismo; acudía con gusto y avidez por conocer y sentir, a todas las celebraciones y ceremonias católicas, evangélicas, budistas a las que me invitaban; me vinculé y me abrí a la escuela de Sai Baba; pero igualmente todo lo abandoné sin sentirme realmente atraída.



Finalmente, no sólo sin buscarlo sino incluso a pesar de mis enormes prejuicios producto de la ignorancia, el Islam entró a mi vida de la manera más sopresiva, menos pensada. Me encontró en Bangkok, me atrapó en Bangladesh, me persiguió a México y no me permitió escapar. Entró con un vigor y energía avasalladores; por un tiempo me resistí, intelectualmente no quería aceptarlo pero anímicamente no pude más: no tuve posibilidad de cuestionar mi movimiento interior y aún resistiéndome supe que era la vía para mí.



El sufismo, como aspecto interior del Islam o Tasawaf, constituye un camino de purificación del alma (Tariqat) que aspira a la comprensión de la verdad última (Haqiqat) y a la fusión con ésta, es decir con la Divinidad como origen y fin de todo (Marifat). Este camino es posible en tanto que nuestro corazón, como parte del todo creado, también alberga la Divinidad. Por tanto, el conocimiento del Alma Suprema va mediado por el conocimiento de uno mismo, tal como lo dijo el Profeta Mohamed (SAW) y por una relación con esta Alma Suprema, Dios, Allah, basada en el Amor. Estoy seguira de que fue este Amor, el de Allah y el de mi Maestro o Murshed, el que me trajo hasta aquí...


Este relato continuará...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los misticos musulmanes en realidad son interesantes pero yo tengo entendido que no todos los sufis son musulmanes, podrías decirme la diferencia? Me gusto tu manera de decir las cosas. Gracias.

Unknown dijo...

Subhan Allah wa bihamdihi !
SALAAM MA CHERE SOEUR

très beau ma chérie ! tu vois, je suis venue me promener chez toi !
Qu'Allah t'envoie Ses effluves <3

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