viernes, enero 27, 2017



En los afanosos días, cuando a pesar del tiempo que lo arrasa todo, se conservan la belleza y el amar...

El tiempo domina 
los espacios,
voces contra muros,
imágenes que huyen
en repetido azar.

Sobre cúpulas 
se elevan oquedades,
rasante intervalo
de un cielo allanado
en desmedida humedad.

Rozan yemas insomnes            
lábiles botones
              -como si los conocieran-
y los silentes besos
pálidas palomas 
rebosantes de agua,
de un rito blasfemo
y peninsular.

Siluetas de luna, 
de montes y simas
iluminan fuentes
subterráneas;
quilla pulsante,
lenta y sediciosa
alcanza
capullo en pleamar.

©Sara Elena

La foto es Antigua, Guatemala, y es mía©

miércoles, marzo 16, 2016

Impaciencia



La memoria, un recuerdo, lo que nunca ha existido... Y la impaciencia.

Te pido abrir mis muslos
cubriéndome de peces,
resbalando hecho espuma,
miel espesa y delirante;
te pido descubrir la sima,
ígnota prisionera,
con yemas húmedas,
y delicadas, luego
untuosas e irrefrenables,
que suavicen entrañas
y temores,
que exacerben el deseo;
te pido invadir mi boca,
círcundándola
de savia y de sabores,
de tormentas haladas
con tu lengua,
mientras el río, 
mis jardines,
se cubren con la luna y
bulle la impaciencia... ©

Sara Elena©

PD: La foto es el río Creuse, en Aubusson, y es mía©

jueves, diciembre 03, 2015



En busca de las horas, la mente se yergue para recrear insólitos deseos y luces de noviembre entre las hojas...

Su cuerpo,
Tránsito de tarde,
Estalla mariposa;
Abandonada al oleaje
La entraña yace
Como el alma
Serena de la lluvia,
Es paloma inédita en
Extendida complacencia
De sus medidas horas,
                  Frontera irresoluble
                  Que despierta
                  Rebeldía inocua.

Se adhiere el gozo
A las dunas;
Labios sembrando
Caracoles, miel,
manzanas,
En carmesí epidermis.

Resbala la pasión
Invertebrada, furiosa
Hacia las lunas;
Ave que arremete
Victoriosa
En oquedades;
Ojos derramándose
en cañadas.

Hacia la noche,
Bálsamo incesante
Sus manos luminiscentes,
Ceden a la
Serenidad ceniza
Que se condensa
en mi espalda.


 Sara Elena©


PD: La foto es una calle en Montparnasse, París, y es mía©

jueves, octubre 08, 2015

Saudade




Bregar en saudade...

En lontananza, pálidos reflejos
Ciegan mares;
Nacen vientos del Sol,
Bruma calina de mil tiempos,
De mil distancias.

Un Hombre marejada
Se pierde en el horizonte;
Es húmeda aura en  torrente,
Tallo erguido en la espesura,
Agua clara, transparente,
Barrera de la noche.

Tiemblan tiernos pétalos salados,
La rosada venera del ocaso;
Ojos profundos como yemas,
Atraviesan la distancia;
Beben el exquisito néctar
De flores consagradas.

Savia en el alba del sueño,
Voz evanescente de lavandas
En la noche almendrada;
Rumor de jardines relentes,
Saudade de solitud. 

Sara Elena ©

PD: La foto es un cactus citadino, y es mía ©.

jueves, septiembre 24, 2015




Surgen luces al amparo del Otoño y de las aguas...

Nuca delirante,
Verso contenido 
En el deseo, 
Mar sin horas 
cuenta los latidos.

Fruto evanescente,
Ríos de cuerpo,
Espíritu
De fuego, 
Incierto dominio
De Su estruendo.

Geografía incesante,
Enredaderas vencidas,
Selva abierta,
Bejucos en las olas
Despiertan al otoño.

Lunas encendidas
Entre espuma,
Yemas cubiertas
De preludio,
Centro del universo
Su mirada…


Sara Elena©


Las Fotos son de El Salvador y de México, D.F., y son mías©.

viernes, agosto 28, 2015



Grifos atraviesan mares; renacen vidas y las Sirenas, en la imaginación.

Emergen suspiros,
gritos,
caudal de agua;
asoman lunas.
Rompen las Sirenas
en olas de madrugada;
pierden sus ataduras.

Sangre viva la piel,
Sus manos,
plumas de ave,
cierran heridas
viejas.
Alma despierta;
mariposa
atrapada en flor.

Sara Elena©



PD: La foto es una obra artística popular típica haitiana, y es mía©

sábado, agosto 01, 2015




Para los Barcos de agosto...

Delicado jazmín

perfumando

a la Sirena en Cruz

frente a ese Barco.

A  la hora de Maghrib

se encienden flores

y corolas,

labios latientes

esperando el toque

de la quilla y

del capullo;

destilan besos

entre lunas:

Cíclope

que clama

reconocerse

en Sus espejos,

a través de

la miel,

del óleo

de Sus dedos.

Ritual divino,

luminoso,

que los lleva

hasta Isha;
perfecta conjunción.
Sara Elena©

 PD La foto es en la Ciudad de México, y es mía.

jueves, junio 11, 2015


Porque ante la cortedad del ser y la lejanía de lo ansiado, siempre prevalece lo mejor de cada historia, el arribo de una tarde anhelada, el quiebre de una voz apasionada, la infinitud del placer de los sentidos... Porque sólo poseemos de manera real, todo lo vivido.

El camino de la vida
comenzaba 
en Su espalda,
en Su nuca guarecida
de distancias,
en Sus hombros
mecidos por la rabia.

Mar contra todo
avanzaba
tras Su aliento de Sol,
tras las voces enraizadas.
Un toque furtivo 
despertaba
a los habitantes 
de un abismo.

Los relieves conciliados
en el estertor de
nuestros vientes
eran miradas
reinventando
nuestros cuerpos,
luna que cantaba
en los dedos enredados.

El camino de la vida 
continuaba
en los labios
que se abrían 
con el Barro,
en látigos de miel
recreando 
los sabores,
en la textura
de Su nombre
pronunciado
entre los peces.

El camino de la vida,
inacabable,
fue arrebato
de primavera
en los capullos,
flor de tallo
trémulo
y fluctuante,
cráteres en el
fragor de un estallido.


©Sara Elena 



La foto, intervenida, es de un trozo de mar en San Salvador, y es mía©

lunes, mayo 25, 2015



Un momento antes de morir...


Navegó una Sirena
por mares y corrientes
y encontró
Sus labios
en creciente luminosa;
su vientre se llenó
de peces y de luna.
 
La embistió
un Hombre
de miel y de barro,
con su aroma
de naranjo
y manzano en la piel.
Con humedad
de aguacero,
lavó todos los olvidos
de delicada flor;
abrió una a una
rosadas escamas,
pétalos de seda,
tímida venera,
cráteres sagrados,
y levantó susurros en el Mar.
 
Se reinventaron cuerpos
y un verso contenido,
manos tempestuosas
tras los besos anidados
y relámpagos de sal.
 
Después,
infausta noche

preludio de distancia
y extravío del eterno
compartido;
Sirena enardecida
y necia
antes de arrojarse
al vacío.
Extraña paradoja
en esas bocas:
vierten mieles
y fuego destructivo,
llama que consume
lentamente un corazón
de mariposa.

Y sin embargo ella...
ella suicida y orgullosa,
surcaría mil mares
para rozar Su tez;
sucumbe al esperarLo
y deviene lluvia fresca
al adivinar sólo Su voz...
Espera sin clausura
Sus dedos enredados
la promesa de Sus aguas
relentes, perfumadas
y la cuna de Su luz.

Morirá y seguirá ansiando,
obstinada en el abrazo,
la maraña de Su pecho,
sábanas doradas,
el estruendo de Su estar;
canto de los grillos,
nuca estremecida y
danza sobre muslos,
con la garganta adolorida
de tanto "Amor" musitado,
son de las miradas.


 Sara Elena@
PD: La foto es un trabajo que formará parte de una serigrafía, y fue encontrada en el estudio de un artista visual.

domingo, enero 18, 2015




Volver cada vez a las andanzas, esas que dan júbilo en la vida, aunque sólo sea por la esperanza.

Voy tras
los pájaros
que partieron de Sevilla
entre jazmines y naranjos
y en una Plaza del sol
se apaciguaron.

Que vuelvan
a la vida
el beso detenido
en las lavandas,
la luz estrepitosa
de mi espera,
la flor del desierto
extraviada
en la orilla del alba
que implora por
Su néctar.

Que se alcen
desde Su aliento y
Sus deseos,
la luna
que se enreda
con la espuma,
las velas
de errante navegante,
Su recio
andar
de madrugada…

Sara Elena©

PD: La foto es una avenida de Versalles, y es mía©