sábado, mayo 10, 2008

El 10 de mayo: ¿Pura falsedad?


Hoy es 10 de mayo. En México es ¡Día de las Madres!; la mayor parte de ellas reciben felicitaciones, regalos y festejos aunque esto en ocasiones signifique para algunas esforzarse por cocinar, arreglar la casa y recibir a sus visitas; o para otras saber que se les premia por su abnegación, "aguante" y sacrificio (para que se animen a seguir así); o, para otras más la única oportunidad de que alguien les diga que, a pesar de que cotidianamente las maltraten, ignoren u ofendan, hoy son lindas e importantes y las "saquen" a pasear...
La mayor parte de las mamás sin duda merecen todo el reconocimiento y el respeto... Sin embargo, me parece que la existencia de este día contribuye de manera fundamental a perpetuar no sólo la explotación comercial de las mujeres, sino también la invisibilidad de la violencia que se ejerce contra ellas y la desvaloración de su existencia como seres humanos.

En fin, tal vez sea axagerada. Por lo pronto les comparto este texto sobre el origen del día de las madres en nuestro país.


El 10 de mayo
Una celebración hechiza

Rosa María Rodríguez

¿Cuándo y por qué nació el Día de las Madres? La maestra Marta Acevedo* se lo preguntó hace 26 años y se lanzó de cabeza a investigar. Descubrió que la fecha celebratoria está íntimamente vinculada a la historia de la nación, y no de la mejor manera...
El primer día dedicado a las madres fue el 10 de mayo de 1922. Respondió a una clarísima intención: frenar y opacar el trabajo que las mujeres socialistas venían realizando en el sureste de México a favor de una maternidad libre, voluntaria y responsable.
Y es que en 1922 las socialistas del sureste ya habían celebrado su primer Congreso Nacional Feminista (en Yucatán). Andaban por las comunidades dando cursos de planificación familiar y prevención de enfermedades venéreas –algo que cualquier sociedad civilizada habría aplaudido y animado. Pero la realidad fue que la pacata sociedad de entonces levantó una escandalizada oleada de rechazo.
Producto de una minuciosa indagación hemerográfica, el libro llamado justamente El 10 de mayo, devela los mecanismos que el periódico Excélsior echó a andar para frenar el trabajo de tan esforzadas mujeres. Fue el 13 de abril de 1922 que apareció en sus páginas la convocatoria pública para realizar un gran “homenaje” a las madres mexicanas ese 10 de mayo, imitando la costumbre estadunidense de dedicarles esa fecha.
Sorprende la eficacia con la que, en unos pocos días, tanto el aparato institucional –gubernamental y social– como el comercio organizado armaron una celebración hechiza. Participaron los periódicos, la Secretaría de Educación Pública, la Iglesia católica, las damas de la Cruz Roja, las Cámaras de Comercio y hasta los teatros y cines. La Cadena Olimpia ofreció dedicar sus funciones de esa fecha a proyectar películas en donde se glorificaba la imagen más estereotipada y lacrimógena de la maternidad.
“Para el Día de las Madres ocurra usted a ‘La Flor de México’, donde encontrará un bonito regalo para su adorada madre. Primorosas cajas de fantasía. Ricos y suculentos pasteles. Lo esperamos en la esquina de Capuchinas y Bolívar, Tel. Ericsson 8234 y Mexicana 837 Neri”.
De tal forma se anunciaba en la época la “mejor manera” de reconocer la maternidad. Desde entonces y hasta ahora: salidas a comer o a cenar, visitar a la estética, regalo de electrodomésticos…
Como dice la maestra Acevedo, la campaña publicitaria invirtió el papel que las socialistas del sureste proponían a las mujeres. “De un papel activo, de hablar de ellas, de proponer y participar, se pasa a que los hijos hablen de ellas, se consagra su pasividad y sus ‘atributos ingénitos’. De definir ellas lo que anhelan, se dispone lo que ellas quieren y necesitan”.
El Excélsior de entonces organizó muchos concursos para animar la festividad, como escribir textos de escolares de primaria y secundaria exaltando la imagen más tradicional de la madre. También impulsó y premió a la madre más prolífica, a la viuda que con más sacrificios educó a sus hijos, a la que vio morir a toda su prole, a la más ejemplar y abnegada... No es de extrañar que aún hoy se piense que las mejores madres son las más sufridas.
Caso paradigmático fue el de 1968 –año de la masacre estudiantil en Tlatelolco: el premio se le otorgó a la madre que desde 1910 hubiera dado “más hijos para la Defensa de la Patria, ya como revolucionarios o como miembros del Ejército Nacional”.
Estos concursos terminaron en el mismo año (1971) en que el grupo de feministas Mujeres en Acción Solidaria se manifestó contra el mito de la madre.
Así, el rechazo al trabajo de un grupo de feministas abrió el ciclo de concursos y premios exaltando la función reproductora de las mujeres, y la acción de otras feministas afortunadamente lo cerró.
Sin duda, El 10 de mayo es una joyita, un libro capital para entender la avalancha de publicidad y mensajes estereotipados que vivimos hoy en torno a la fecha. También es un buen punto de partida para reflexionar a propósito de la esencia de la maternidad vista desde las mujeres, no fuera de ellas.



*Acevedo, Marta. El 10 de mayo. Secretaría de Educación Pública-Martín Casillas Editores. Colección Memoria y olvido: imágenes de México. México DF, 1982.

PD La foto fue tomada en Guachochi, Chihuahua, por mí.

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