sábado, octubre 09, 2010

Las flores del Murillo...



Entre las distancias y el vacío, ya sólo están la luz, el insólito color de las flores del Murillo...

Hombre mío
en esta orilla,
en este trópico
del Sur,
asciende mis volcanes,
penetra en hondonadas,
dibuja con tu piel
el horizonte,
transita con tu boca
mis veredas,
extrae las mieles
de la espera,
conquista el islote
aislado y protegido,
haz que tu barro
envuelva
mis formas
y las nutra,
saborea
la ambrosía
preludio
de estallidos,
cólmame con
el aroma
que te impregna,
rocíame con tu
agua de luna...@.
Sara Elena.


PD: Las de la foto son... las flores del parque Murillo... y las capturé yo @ en una tarde de junio, extraordinariamente dulce y luminosa, en Sevilla.

8 comentarios:

Carlos Sotomayor dijo...

Sarita vos tienes temas recurrentes sin tiempo no espacio y que desde mi lugar en el exilio me hacen añorar nuestra amistad tu sensibilidad y las platicas sobre mi tierra y la poesia, espero verte pronto!

El inmenso mar de la melancolia dijo...

Gracias, por siempre gracias, que mis palabras lleguen a ser un bálsamo de esperanza, cuando la tristeza haya derrumbado cualquier esperanza...
Un abrazo con sentido humano, de espìritu solidario.

Me llena de alivio tus escritos.

la MaLquEridA dijo...

Que palabras tan bien dichas. Haces que la imaginación vuele y se entienda perfectamente lo que quieres decir.



Saludos.

El inmenso mar de la melancolia dijo...

Saludos, Sarita. Esas imàgenes me dan una referencia como la que hace Carlos Fuentes en su libro: Terra Nostra.

ChAnd dijo...

Querido Carlos... como ya lo he manifestado... la inspiración es sólo la vida misma; fugaces momentos, rememebranzas; fantasías, realidades... ¿qué más da? Estamos aquí y ahora...

Pepe, amigo, tu tristeza no es la mía, pero siempre compartimos... ¡Gracias!

Malquerida bien querida, ya te veo... que tú también sabes decir... Un abrazo

El inmenso mar de la melancolia dijo...

Jamàs he visto comentarios tan acertados a mi mundo interior, que ecuanimidad para compartir el mundo de una persona como yo.
Te admiro, sarita, porque a pesar de la distancia de los niveles tahn diferentes entre los dos, sabes captar la escencia de un mamìfero domesticado y por ende, melancòlico.
Me da mucho gusto, amiga, que la distancia no sea impedimento para recibier màs que un beso, el indeleble sentido de afecto de una gran mujer.
Saludos de Pepe.

Anónimo dijo...

Eres Chand a la par de tus palabras, alegria de mis mañanas cuando de lejos me recato para no expresar a una mujer desconocida lo que ya representa en mi vida!

Félix Rodríguez dijo...

Imagino el ascenso, el duro dolor del alpinista y el amor en el barro fundacional de nuestra especie.