lunes, mayo 25, 2015



Un momento antes de morir...


Navegó una Sirena
por mares y corrientes
y encontró
Sus labios
en creciente luminosa;
su vientre se llenó
de peces y de luna.
 
La embistió
un Hombre
de miel y de barro,
con su aroma
de naranjo
y manzano en la piel.
Con humedad
de aguacero,
lavó todos los olvidos
de delicada flor;
abrió una a una
rosadas escamas,
pétalos de seda,
tímida venera,
cráteres sagrados,
y levantó susurros en el Mar.
 
Se reinventaron cuerpos
y un verso contenido,
manos tempestuosas
tras los besos anidados
y relámpagos de sal.
 
Después,
infausta noche

preludio de distancia
y extravío del eterno
compartido;
Sirena enardecida
y necia
antes de arrojarse
al vacío.
Extraña paradoja
en esas bocas:
vierten mieles
y fuego destructivo,
llama que consume
lentamente un corazón
de mariposa.

Y sin embargo ella...
ella suicida y orgullosa,
surcaría mil mares
para rozar Su tez;
sucumbe al esperarLo
y deviene lluvia fresca
al adivinar sólo Su voz...
Espera sin clausura
Sus dedos enredados
la promesa de Sus aguas
relentes, perfumadas
y la cuna de Su luz.

Morirá y seguirá ansiando,
obstinada en el abrazo,
la maraña de Su pecho,
sábanas doradas,
el estruendo de Su estar;
canto de los grillos,
nuca estremecida y
danza sobre muslos,
con la garganta adolorida
de tanto "Amor" musitado,
son de las miradas.


 Sara Elena@
PD: La foto es un trabajo que formará parte de una serigrafía, y fue encontrada en el estudio de un artista visual.

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