Días largos, callados... Entre desazón y espera, entre el sol y la lluvia, y ante el estruendo de la luz, de un escondido deseo...
Me
ofrendaré
ávida como
los peces
en lo
profundo;
rozaré Sus
labios,
Sus
hombros
y Sus
pezones;
hundiré
mis
mejillas
entre Sus
vellos
y mis
dedos
en Sus
costillas
buscando ternura.
Esperaré
también...
Esperaré
que
me despoje
de los
vestigios
de pudor
y miedo,
del último
velo,
del que
me cubrió
primero
por la
mañana.
Ante la
vista
de Su
ansiado
vientre,
liberaré
liberaré
de su
prisión
al gozo,
fiesta en mi boca
fiesta en mi boca
y en mi
saliva.
Anidará un
pájaro
entre mis
labios,
y después,
despacio,
batirá sus
alas
en mis
entrañas...
Empezará
el fuego
en mi
costado,
me volveré
de
espaldas...
me convertiré
en Su sombra.
Sara Elena@
PD: Las fotos son del camino entre Puerto Escondido y Juquila, Oaxaca, y son mías@
3 comentarios:
Preciosa corriente de pensamientos y deseos. Hiciste falta en estas noches continentales con tus palabras.
Te sigo, siempre te sigo.
Hola. Has regresado. Te quiero saludar-
Me has dado el honor de estar nuevamente en contacto contigo. Una reverencia de humilde ser humano, de lobo estepario. Recibe mis deseos de paz y bien.
Pepe.
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